Ultimamente no te entiendo. Si me siento te levantas, si me levanto te sientas.
Te vas en mis atardeceres y en la noche apareces!!
Por el día...en pleno día, me dejas solo y avergonzado, y te adivino en otras gentes, en otras cosas.
Cuando no me doy cuenta vas diciendo a mis espaldas que estoy demasiado gordo, o flaco, o que soy calvo, o que no me peino...incluso bailas si estoy triste, y yo sin poder hacer nada.
Si pudiera pisarte el cuello...
El otro día, estando yo a la sombra de los pinos, vas tú y me haces un vacío de luz; ¡¿se puede saber sombra mía, qué te he hecho yo para merecer esto?!
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